domingo, 2 de febrero de 2020

3 ninfas jugando entre ellas entre las olas

Era la primera vez que íbamos a coincidir en el mar, una promesa de niñas, aplazada una y mil veces, la playa paradisiaca nos debía un día, lo suficientemente solitaria para liberarnos, quitarnos la ropa, entrar en contacto con la naturaleza y estar como Dios nos trajo al mundo......


La ceremonia empieza con un baño de arena blanca, nacar molida....



Sentir el contraste del blanco de la arena con nuestra piel multicolor

La suavidad de los dedos compitiendo con la fina arena mojada


Por fin ya estábamos allí, echarnos atrás no era una opción. Envalonentadas unas con las otras íbamos a disfrutar de la locura de un día de mar y arena solas, y nada ni nadie nos lo podría estropear. 











Habíamos estado cuidando nuestros cuerpos durante todo el invierno, así que ya era hora de lucir nuestra silueta perfecta y nuestras preciosas tetas a la vista de todo el mundo.
Nos desnudamos unas a las otras y nos embadurnamos con la blanca arena....



Una playa perfecta, que convertimos en playa nudista para disfrute de todos. Estábamos en medio del mar, de modo que el estruendo de las olas nos sumió en un estado de relax y felicidad absoluto. 
No nos importaba para nada el hecho de estar desnudas al lado de otras personas


















Surgió la atracción especial entre nosotras, que nunca antes nos habíamos atrevido a confesar 
Aquel día en el que nos habíamos disfrutado y relajado tanto era el momento ideal para abrirme por completo y contarnos toda la verdad.



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